lunes, 29 de septiembre de 2008

CONTINÚA…

Hay mil hombres sin bandera,
sin escudo, sin frontera
que separe su mundo;
Sin pasiones, sin lazos,
sin nudos en sus piernas.
Hay mil hombres sin memoria,
maniquíes en la pasarela
oscura, sin linterna;
Limpios, sucios,
encadenados a levíticos rumbos.
Han vivido la iniquidad,
y la guerra, y el sacrificio,
y la incisión y la amargura,
y el holocausto maldito
que perdura, perdura…
Y fiscalizamos sus actos,
y les negamos sus derechos humanos,
y compartimos,
falsamente,
su desgracia; espoleamos
sus principios y sus espinas
arrancamos,
y no crecen las espigas,
ni las flores; ni las niñas
sonríen, sin padres.
Y el pragmatismo nos conduce
a olvidarnos de esos mil hombres extraños,
y de sus mujeres y sus hijos;
Y la indiferencia nos complace
y nos hace inmunes a sus sueños,
tan dispares, tan ajenos,
tan distintos, tan parejos.
Y rezamos a nuestros dioses
alabanzas y plegarias,
mas no sacrificios
nos imponen.
¡Qué más da! Están tan lejos,
y tan cerca, y tan juntos;
tan viejos, son sueños
que no nos importan,
no son los nuestros;
¡Qué se jodan!


Y ellos se joden.
Y nosotros paseamos
frente a escaparates de lujuria,
y la vida continúa,
(la nuestra y la de ellos),
continúa, continúa…

No hay comentarios: