Un Abrazo.
Vicente
En la enseñanza de Buda se dice que el aliento, en sánscrito prana, es el vehículo de la mente, puesto que es el prana lo que hace que nuestra mente se mueva. Así, cuando se aquieta la mente por medio del trabajo hábil con la respiración, al mismo tiempo y de forma automática se domestica y entrena la mente.
Por consiguiente, al meditar, respire con naturalidad. Concentre ligeramente su atención en la espiración. Al espirar, déjese ir con el aire que sale hacia fuera. Cada vez que suelta el aire, se afloja y se libera de todo aferramiento. ... Cada vez que espire, y antes de volver a inspirar, comprobará que aparece una pausa natural a medida que se disuelve el aferramiento. ... Repose en esa pausa, en ese espacio abierto. Y cuando vuelva a tomar aire, de un modo natural, no se concentre especialmente en la inspiración, sino siga reposando su mente en ese hueco que se ha abierto.
Cuando esté practicando, es importante que no se enrede en comentarios mentales, análisis, ni charla interior. ... lo importante es la pura presencia mental.
"2º) Utilizar un objeto.
... consiste en reposar ligeramente la mente sobre un objeto. ... puede utilizar un objeto de belleza natural que le induzca una sensación especial de inspiración (una flor o un cristal); pero algo que represente la verdad, como una imagen de Buda o de Cristo, o especialmente de su maestro, es todavía más poderoso. Su maestro es un lazo viviente con la verdad...
Inspirado por esto, fije una reproducción de esta fotografía a la altura de los ojos y pose ligeramente la atención en su rostro, especialmente en su mirada. Hay una profunda quietud en la inmediatez de esa mirada, que casi salta de la fotografía para transportarnos a un estado de percepción sin aferramiento, el estado de la meditación. Acto seguido, deje su mente callada y en paz, con Padmasambhava".
Por último, el maestro nos explica un Tercer método.
"3º) Recitar un mantra.
... es unir la mente con el sonido de un mantra. La definición de mantra es "aquello que protege la mente".
Cada sílaba de un mantra está impregnada de poder espiritual, condensa una verdad espiritual y vibra con la bendición del habla de los budas.
El mantra que yo recomiendo a mis estudiantes es OM AH HUM VAJRA GURU PADMA SIDDHI HUM (los tibetanos lo pronuncian: Om Ah Hung Benza Guru Pema Siddhi Hung), que es el mantra de Padmasambhava, de todos los maestros y seres realizados, y es por ello especialmente potente para la paz, la curación, la transformación y la protección en esta era violenta y caótica. Recite el mantra para sus adentros, con profunda atención, y deje que la respiración, el mantra y su conciencia se vayan fundiendo en uno".
A partir de aquí, mi recomendación es que cada cual busque su propio método de meditación, con el que se encuentre más cómodo. Estos tres métodos expuestos pueden ser de gran utilidad, pero no significa que sean los únicos, ni los que mejor le sirvan al practicante.
Yo, personalmente, he probado los tres y con el que más me identifico es con el segundo, utilizando la imagen del Maestro Padmasambhava. Simplemente me trasnmite PAZ...
Hasta pronto.
Vicente